Tratamientos

Hemodiálisis

Hemodiálisis

La hemodiálisis es una técnica que consiste en hacer pasar la sangre del paciente por una máquina dotada de un dializador donde tiene lugar el filtrado de la sangre para luego devolverla al paciente. La finalidad de la hemodiálisis es sustituir la función renal, aunque no puede suplir las funciones endocrinas ni metabólicas.

La sangre circula desde el paciente al monitor de hemodiálisis a través de un acceso vascular. Éste puede ser de tres tipos:

  • Fístula: Es la opción más deseable. Se obtiene de la unión de una arteria con una vena, de manera que esta última se desarrolla y permite, mediante su punción, tener acceso al torrente sanguíneo. Precisa de un tiempo desde el momento de su creación hasta su uso.
  • Injerto: También llamado Gore-Tex, se emplean cuando bien la arteria, la vena o ambas son inapropiadas para que el acceso madure y sea útil para realizar la diálisis con eficacia.
  • Catéter: Este es el acceso que permite un uso inmediato pero, sin embargo, por el riesgo de complicaciones infecciosas o por problemas de flujo, ofrece menores prestaciones que la fístula. Por ello suelen emplearse como accesos temporales. En ocasiones, si no queda otro remedio se emplear catéteres tunelizados (por debajo de la piel), de manera permanente.
La sesión de hemodiálisis

La sesión de hemodiálisis

Avericum es una empresa especializada en la terapia renal sustitutiva mediante Hemodiálisis, en las modalidades de Hemodiálisis convencional y Hemodiafiltración online.

La mayoría de paciente se dializan habitualmente en Centros Extrahospitalarios. El esquema habitual es de 3 sesiones de 4 horas cada una a la semana, aunque ocasionalmente pueden precisarse más sesiones. Los Centros disponen de Nefrólogos y personal de enfermería y auxiliares especialistas en terapia sustitutiva renal.

El tratamiento cursa habitualmente sin síntomas. Ocasionalmente, y dependiendo del exceso de peso que traiga el paciente, si pueden aparece episodios de bajada de la presión arterial. Calambres, cefalea, etc. Otros síntomas son achacables a la propia enfermedad renal como son la falta de aire por sobrecarga hídrica, los edemas por exceso de sal en la dieta, mala calidad de sueño, etc. En la medida que la adherencia al tratamiento sea buena y se cumpla con las recomendaciones dietéticas, estos síntomas se van minimizando.

Diálisis Peritoneal

Diálisis Peritoneal

La diálisis peritoneal emplea una membrana biológica, el peritoneo (telilla que envuelve las vísceras), como dializador. Mediante un catéter implantado en la cavidad abdominal se introduce un líquido en el abdomen desprovisto de sustancias para que allí tenga lugar el intercambio con los capilares sanguíneos, teniendo lugar la diálisis. Después de un tiempo prudencial, se evacua ese líquido con las impurezas disueltas en él.

La ventaja que tiene la diálisis peritoneal es que permite mantener la capacidad de orinar más tiempo, cierto grado de libertad en la dieta y mayor autonomía dado que se realiza en el domicilio por parte del propio paciente.

Transplante Renal

Transplante Renal

El trasplante renal implica la implantación de un riñón sano procedente de un donante en la fosa iliaca derecha del paciente con IRC. Para que sea exitosos, la compatibilidad entre donante debe ser la máxima posible, pero siempre será necesario en cualquier caso el tratamiento inmunosupresor, incluso años después del trasplante.

Actualmente los riñones pueden provenir de tres fuentes:

  • Un pariente consanguíneo (donante vivo emparentado)
  • Un cónyuge, pariente político o amigo (donante vivo no emparentado)
  • Un donante cadáver.