Protagonistas: "Margarita, hay un riñón esperándote"

Avericum

"Si el riñón estaba funcionando mal, tenía que buscar como fuera una solución para seguir adelante con la vida".

Protagonistas: "Margarita, hay un riñón esperándote"

Margarita Cabrera, natural de Las Palmas de Gran Canaria, inició su tratamiento de diálisis en diciembre de 2018. Se estrena con esta entrevista para contarnos cómo fue su experiencia en diálisis y qué sintió cuando recibió la llamada que, cualquier persona en tratamiento renal espera y desea: "hay un riñón esperándote".

Hace aproximadamente veinte años Margarita tuvo un problema agudo (glomerulonefritis), pero como ella nos cuenta "con atención y supervisión médica se quedó ahí y no fue a mucho más…" Sus visitas al nefrólogo eran necesarias con el fin de llevar un seguimiento, pero diez años más tarde empezaron a incrementarse los valores de la creatinina, elevándose también su tensión arterial con mayor asiduidad. Hasta que finalmente la directora médica de Avericum, Dra. Gloria Antón, le informó que debido a su situación era necesario que recibiera tratamiento de hemodiálisis.



¿Qué sintió cuando le dijeron que tenía recibir tratamiento de hemodiálisis?
Realmente no me lo podía creer, me asusté un poco de inicio. Es como si te dicen que estás enferma por un tema que no ves con tus ojos, pero también pensaba que sería lo mejor para mí. Si el riñón estaba funcionando mal, tenía que buscar como fuera una solución para seguir adelante con la vida, como siempre he querido.

¿Cuáles fueron sus motivaciones para seguir adelante con ánimo?
Siempre he sido muy positiva en la vida y luchadora. Por supuesto la confianza en los médicos y la fe me ayudaba y me sigue ayudando. Siempre me gusta ver el lado positivo de las cosas, a pesar de estar en un delicado ambiente sanitario varias veces a la semana.

¿Hubo algo que le desalentara ante los importantes cambios personales (hábitos, forma de vida, etc…) que se sucederían a partir del momento en que comenzara a dializarse? Y si es así ¿cómo se enfrentó a ellos?
En ocasiones sí, es normal tener ciertos momentos de 'bajona', los cambios de vida son muy importantes, pero tenía que asumir que era importante ajustar mis hábitos de vida y establecer prioridades, que no podían ser otras que cuidarme y dejarme cuidar. Y por supuesto comenzar una nueva etapa, por eso me mentalicé y asumía que tenía que ir tres veces por semana a mi gimnasio de la salud (“mi gym de salud”, como pensaba yo). También pensar que tenía dos hijos y una nieta por los que tenía que seguir luchando en la vida.

Si alguna vez se sintió desanimada ¿qué es lo que hacía para revertir la situación?
No, gracias a Dios no me sentí desanimada, apenas en alguna ocasión aislada. Como digo, tenía confianza ciega en la medicina, y también, mucha fe, y eso siempre me ha ayudado a seguir adelante con todos los vaivenes de la vida. También establecer rutinas en las 4 horas de diálisis (lectura, televisión, siesta, merienda, contestar Whatsapps, etc.) hacía que las horas no fueran aburridas o tediosas.

"Me mentalicé y asumía que tenía que ir tres veces por semanas a mi 'gimnasio de la salud' "

Durante su tratamiento de diálisis ¿Cómo se sentía en la clínica? ¿Cómo fue tratada por el personal asistencial? ¿Había algún aspecto y apreciación que le reconfortara en el centro de diálisis por parte del personal?
Me sentí siempre muy bien atendida, con un personal de lo más cariñoso y afectivo, que es lo que más se necesita en esos delicados momentos, tanto en Telde (donde comencé) como en Las Palmas de Gran Canaria (donde continué hasta el trasplante). Incluso también en mis viajes a Madrid o a Motril (Granada), donde también llegué a dializarme en desplazamientos puntuales. Siempre recuerdo de Avericum la atención familiar y cálida de enfermeras, auxiliares y nefrólogos, todo el personal.  En mi turno de tarde hasta recuerdo con sonrisas el momento de la merienda, que me tomaba el café con leche con un pequeño bocadillo, algo que me sabía a gloria y disfrutaba como una niña chica.

Es una de las pacientes que ha sido trasplantada de riñón ¿Qué sintió cuando recibió la llamada por parte del equipo médico? ¿Dónde se encontraba en ese momento?
Cuando me llamaron estaba con mis hijos y mi nieta en Los Llanos de la Pez, zona cumbrera de Gran Canaria, pasando el día. Ya estaba en lista de espera para trasplante. Y de repente sobre las 16h, se produjo una llamada de un número desconocido que me hacía muchas preguntas médicas, mientras mis hijos me miraban (y se miraban) mosqueados. Así hasta que entre todos fuimos intuyendo que a lo mejor se trataba de buenas noticias. Y me soltaron eso de “Margarita, ¿dónde estás? Vente corriendo al hospital, que hay un riñón esperándote" No me esperaba la llamada, era como un sueño hecho realidad, por fin estábamos llegando al final del túnel, aunque también estaba muy asustada. No sabía qué iba a pasar, no era cualquier operación, pero era dar por fin los últimos pasos para una nueva vida.

"La pandemia no ha podido conmigo, me siento más fuerte que nunca".

Después de todo ello ¿Cómo se siente ahora? ¿Cómo ha cambiado su vida? ¿Cómo se cuida?
Ahora me siento fenomenal, con unas ganas tremendas de vivir mi vida, de volver a coger las riendas de mi vida. Intento cuidarme lo mejor posible, aunque de vez en cuando se cometen algunos excesos que luego intento compensar. Mi vida ha cambiado para mejor, es un subidón cuando ahora asumes que tienen una nueva oportunidad en la vida y que tus achaques por la enfermedad renal han quedado atrás. La pandemia incluso no ha podido conmigo, y me siento más fuerte que nunca.

¿Le ha enseñado algo la enfermedad o su anterior vida en diálisis? ¿Se puede sacar algo bueno de lo complicado?
Nos tenemos que cuidar mucho, porque la salud es lo más apreciado de la vida. Las enfermedades renales con muy silenciosas y difíciles de gestionar y sobrellevar, sobre todo en los años previos a la diálisis y durante ella. Hay que hacer caso a las indicaciones médicas y no obsesionarse, simplemente ser cumplidora. ¡Gracias a esas personas anónimas que donan sus órganos tenemos una nueva ventaja en la vida y hay que recogerla y sacarle provecho, bendita medicina!   Gracias a la medicina y a esas personas anónimas que ofrecen desinteresadamente sus órganos, otros seguimos teniendo una nueva vida.

¿Hay alguna palabra, recuerdo de una película, frase… o persona de referencia que le ayude en los momentos más complicados?
No hay que dejar pasar una segunda oportunidad. Si te la dan, cógela. La vida hay que vivirla, aunque vengan contrariedades y altibajos, siempre me gusta caminar hacia adelante. Soy muy creyente, y llegué a ir a ver incluso a ver a la Virgen de Fátima a Portugal, un fin de semana express durante mi etapa de diálisis, y eso me ayudó mentalmente. Los ánimos, vengan de donde vengan siempre me han servido para bien, y vine de ese viaje reconfortada. Y así luego el lunes siguiente en la diálisis me sentía feliz y animada, fue un empuje de verdad. Cada uno debe buscarse el aliento allá donde se lo den, y más en estas circunstancias.

Coméntenos una frase o una palabra que, según usted, la defina como persona.La vida es maravillosa y merece la pena vivirla. Soy una persona muy positiva y lo mejor que me ha dado la vida es el buen carácter que tengo. Eso es muy importante para estos momentos delicados de salud en los que la vida se tambalea, saber afrontar todo y mirarle a la vida de frente. No queda otra. Se pasa mal de inicio, pero después de caerte hay que levantarse y seguir adelante con todo.

Gracias Margarita por contarnos tu historia en Protagonistas.