Para generar dichas sensaciones, nos ayudaremos de algunas frases. Es muy importante concentrarnos en estas frases y decirlas o pensarlas de forma lenta y monótona. Hay que darles sentido a las fórmulas que vamos repitiendo para no vivirlas como algo ajeno a nosotros, sino como una sensación interna de nuestro cuerpo.
Para la realización de este tipo de técnica tendremos que disponer de un lugar tranquilo y estar lo más cómodos posibles. Existen tres posturas que podemos adoptar: tumbados, sentados en un sillón, una silla o taburete sin respaldo colocando la espalda lo más relajada posible, sin encorvarse. Es conveniente, mantener los ojos cerrados durante los ejercicios para poder concentrarnos de forma más eficaz.
Para concluir cada grupo de ejercicios, realizaremos siempre la misma fórmula, estiramos los brazos y los flexionamos, respiramos hondo y abrimos los ojos. Esta rutina debemos también decirla en voz alta o pensarla, “estiro los brazos y los flexiono”, “respiro hondo” y “abro los ojos”. ¿Vamos allá?
Ejercicios de pesadez: debemos repetir la siguiente fórmula unas seis veces: “mis brazos y piernas son muy pesados”. Entre cada repetición de la frase diremos o pensaremos también, “estoy muy tranquilo”. Seguidamente: estiro y flexión los brazos. Respiro hondo. Abro los ojos.
Ejercicios de calor: la frase para estos ejercicios será: “mis brazos y piernas están muy calientes”, intercalando “estoy muy tranquilo”. Repetiremos la fórmula aproximadamente seis veces. Seguidamente: estiro y flexión los brazos. Respiro hondo. Abro los ojos.
Ejercicios de pulsaciones: en este ejercicio nos concentraremos en la frase: “mi pulso es tranquilo y regular”. Siguiendo el esquema de los otros ejercicios, repitiendo seis o más veces la frase e introduciendo entre cada una de ellas, “estoy muy tranquilo”. Seguidamente: estiro y flexión los brazos. Respiro hondo. Abro los ojos.
Ejercicios de respiración: focalizaremos nuestra atención en la respiración, y utilizaremos la fórmula: “mi respiración es muy tranquila”. En este ejercicio, además de la frase, “estoy muy tranquilo”, utilizaremos la fórmula “estoy respirando”. Seguidamente: estiro y flexión los brazos. Respiro hondo. Abro los ojos.
Regulación abdominal: la frase que usaremos será: “mi pecho es como una corriente de calor” intercalándola con “estoy muy tranquilo”. Seguidamente: estiro y flexión los brazos. Respiro hondo. Abro los ojos.
Ejercicios de Frescor: en este caso, “la frente está agradablemente fresca”. Usaremos también la frase “estoy muy tranquilo”. Seguidamente: estiro y flexión los brazos. Respiro hondo. Abro los ojos.
Debemos recordar, que esta técnica conlleva un entrenamiento para conseguir que sea lo más efectiva posible. Por ello, no debemos caer en el desánimo ni la frustración durante las primeras sesiones. Cabe destacar, que durante la consecución de los ejercicios pueden surgir algunas sensaciones raras o distractoras, no debemos prestarles atención, simplemente las dejamos estar y de esta forma, conseguiremos que nos abandonen. A la conclusión del entrenamiento, no debemos abandonar el lugar ni la postura de relajación de forma rápida o apresurada. Siempre que se pueda, debemos permanecer unos minutos, concentrándonos en la relajación obtenida y las sensaciones que tenemos en ese instante.