24/02/2021

Guía, 'Técnicas de relajación para momentos de incertidumbre'

Agustín Toledo, Psicólogo Avericum.

Estas técnicas constituyen una ayuda para afrontar situaciones estresantes puntuales o para mejorar nuestro bienestar general.
Guía, 'Técnicas de relajación para momentos de incertidumbre'

Es importante entrenar cada una de las técnicas según las explicaciones aportadas. Algunas técnicas serán más efectivas para algunas personas que para otras, pero todas son muy útiles y están sobradamente probadas para llegar a un estado de relajación óptimo. Únicamente, debemos encontrar aquella o aquellas que nos vengan mejor. La motivación es de vital importancia, así que debemos entrenarnos en estas técnicas con ganas y con confianza en nuestras capacidades. 

La Respiración

Uno de los síntomas fisiológicos más evidentes de la ansiedad es la respiración superficial, esto provoca continuos suspiros o bostezos e incluso sensación de ahogo. Por lo tanto, es muy importante el control de la respiración. 

Para llevar a cabo esta técnica inspiraremos de forma lenta y pausada centrando nuestra atención en cómo el aire entra en nuestros pulmones. A su vez, en la expiración expulsaremos el aire por la nariz o boca de forma lenta y pausada, podemos prestar atención al ruido que hace el aire al salir de nuestra boca.

Diferentes técnicas:

Abdominal. Es la más común, en ella nos centraremos en la zona de nuestro abdomen, por lo tanto colocaremos una mano sobre nuestro abdomen. Se toma el aire intentándolo llevar hacia la parte baja de nuestros pulmones, notaremos como nuestro abdomen se va hinchando y sale hacia afuera. Esto produce un desplazamiento hacia abajo de nuestro diafragma. Al expulsar el aire nuestro abdomen se irá desinflando y nuestros pulmones quedarán totalmente vacíos y el diafragma sube a su posición natural. 

Torácica. La atención irá dirigida a la región torácica, es decir, la zona de nuestras costillas. Colocaremos una mano en nuestro pecho e intentaremos dirigir el aire hacia la parte media de nuestros pulmones, generando que nuestro pecho se eleve. Este tipo de respiración tiene una mayor dificultad respecto a la abdominal no obstante, la entrada de aire se ve notablemente favorecida. Durante la expulsión del aire, notaremos como baja nuestro pecho.

Clavicular. La entrada de aire se dirigirá a la parte superior de nuestros pulmones, produciéndose una respiración más superficial. Para notar la entrada de aire colocaremos una mano en la parte baja de nuestra garganta a la altura de las clavículas. El aire se dirigirá a la parte alta de nuestros pulmones produciendo una elevación de la parte superior de nuestro pecho. Es la menos eficiente y no tiene utilidad por sí sola, pero sí en el contexto de la ejecución de una respiración completa.

Completa. Es la combinación de las tres respiraciones anteriormente explicadas. Se comenzará llenando la parte baja de nuestros pulmones (abdominal), posteriormente el aire se dirigirá a la parte media (torácica) y, por último, completaremos de llenar nuestros pulmones dirigiendo el aire a la parte superior de los mismos (clavicular). Al soltar el aire, lo haremos de forma inversa, soltando primero el aire de la parte superior (bajará nuestro pecho superior), después la parte media (descenderán nuestras costillas) y finalmente, la parte baja (se desinflará nuestro abdomen).